Debes entender algo, tú no fuiste creado para estar aquí en la tierra, tú fuiste hecho para pasar la eternidad en el cielo, la tierra es solamente una temporada larga de pasantía. Por esta razón muchas veces aquí en la tierra experimentamos insatisfacción e infelicidad, esta es la causa por la que tú te preguntas, por qué me pasa esto a mí, no me gustan las malas noticias, no me gustan las tragedias, no me gusta la traición de la gente, no me gusta que me critiquen, que me juzguen. Por eso hay días que tú te sientes insatisfecho. 

Realmente fuiste creado para vivir en un lugar que no es aquí en la tierra, es el cielo. Entonces, el Señor Jesucristo dijo de manera clara en Juan Capítulo 18:36, ‘Mi reino no es de este mundo’, cuando él vino a la tierra y vino a mostrarnos la manera de vivir, fue para enseñarnos cómo llegar al lugar donde él iba y lo dijo en varias ocasiones y varias maneras, ‘yo soy el camino, la verdad y la vida, nadie va al padre si no es a través de mí’. Vino a enseñarnos que él era el primero en irse a morar por la eternidad en el cielo. Dijo también a sus discípulos que a donde él iba, quería que todos sus creyentes llegarán juntamente a él.

La infelicidad aquí en la tierra, empieza a despertar en ti el hambre y la sed por vivir en el cielo. Esta tierra es espectacularmente hermosa, está diseñada de una manera maravillosa, tiene paisajes fascinantes, podemos hablar de los océanos; las playas; las montañas; las selvas; los desiertos, nos gustaría quedarnos acá por su hermosura, si Dios no hubiese permitido la maldad acá en la tierra, quisiéramos pasar la eternidad en este planeta.

Pero, gracias a que hay maldad, traiciones y ataques, esto despierta en nosotros la insatisfacción y llegar a decir ‘me quiero ir a la morada celestial, a la morada eterna’. Así que Dios siempre estará tratando de llamar tu atención, por medio de estas situaciones complicadas de la vida que te toca vivir. Nunca nos sentiremos felices aquí, porque fuimos diseñados para estar completamente en el cielo.

Está escrito en la primera carta de Pedro capítulo 2 versículo 11, ‘somos extranjeros y peregrinos en este mundo’, el día que tu te acostumbres a vivir en este planeta tierra y que no tengas sed ni expectativa por habitar en el cielo y pasar al siguiente ciclo de la vida, ese día estás en peligro.

Hoy tenemos que aprender a vivir y a disfrutar aquí en la tierra, sin decir que se debe aceptar la infelicidad, o que debes vivir una vida amargada, ni vivir una vida mediocre, no debes vivir una vida en la que te golpean diferentes circunstancias y que nunca podrás experimentar la felicidad. Jamás seremos totalmente felices sobre la tierra, porque no estamos hechos para esto, pero si tenemos momentos de gozo, de luz, de alegría, debemos aprovecharlos y disfrutarlos.

Cuando estés pasando por momentos de dolor o de angustia, recuerda que es necesario atravesarlos y vivirlos, son circunstancias que te recuerdan que no has sido diseñado para estar en esta tierra, no estás diseñado para habitar eternamente aquí, ¿estás preparado para pasar a la vida eterna?

Disfruta al máximo los momentos de gozo y alegría, con tu familia, amigos o solo, toma fotografías graba videos, busca la manera de tener un recuerdo y albergar y guárdalo en tu corazón, y los momentos de desilusión, los que te producen insatisfacción e infelicidad, bórralos y recuerda que nunca vas a estar 100% satisfecho en este planeta, Dios nos permitió vivir de esa manera, ‘mi reino, no es de esta tierra, mi reino es el cielo’.

Termino con esto, Juan capítulo 18:36, ‘mi reino no es de este mundo’. Te quiero recordar que fuiste hecho para el cielo, fuiste diseñado por el Señor para habitar eternamente con Él y no para estar en este planeta. Este planeta es una preparación, es una entrada que viene del plato fuerte, el cielo. Esto es la vida en la tierra, una probadita de lo que tendremos en el plato fuerte, en la eternidad en el cielo.  

Oración:

Padre, en el nombre del Señor Jesucristo de Nazaret, hoy te quiero dar las gracias por la oportunidad que nos has dado de compartir este mensaje y esta reflexión que está escrita en tu palabra.

Nos dijiste claramente que tu reino no era de este mundo, pero a veces estamos tan acostumbrados y tan aferrados a vivir en este planeta, que queremos crear raíces eternas, raíces de permanencia perpetua y no, esto es un error y una equivocación.

Fuimos diseñados solo para pasar unos cuantos años aquí en la tierra, 80 o más Señor, y de ahí estar listos y preparados para pasar a la verdadera vida, el paraíso eterno contigo mi Dios. 

Dios amado hoy bendigo a la persona que está pasando por un dolor profundo, hoy bendigo a la persona que está en una enfermedad postrado en una cama, hoy bendigo a la persona que está desilusionada porque le dieron la espalda o lo engañaron, bendigo a la persona que fue traicionada, herida y golpeada, en nombre tuyo le digo que esto es un recordatorio de parte tuya para que no se adapte a esta tierra y se prepare para la vida que viene.

Fortalece aquella persona que está pasando por dolor, que está pasando por angustia, fortalece a esa persona que te necesita el día de hoy. 

En el nombre del Señor Jesucristo de Nazaret, amén y amén.